Sintética

Crecí con los dibujos de María Pascual y Purita Campos, y con las ilustraciones de la revista “Barbie” (ya…). Así que de niña me dediqué a copiar y calcar, copiar y calcar, copiar y calcar “muñequitas”. En la adolescencia llegaron las dañinas revistas de moda, donde las muñequitas eran de carne y hueso. Así que copié y calqué, copié y calqué, copié y calqué fotos de modelos para dar realismo a mis muñequitas. Aprendí anatomía (de modelos) y fisonomía (de modelos). Por eso, si dibujo una cara inventada, siempre emerge la muñequita modelo. Por eso, si dibujo una figura masculina, siempre parece una mujer disfrazada de hombre, como los príncipes de María Pascual.

Dibujar de forma realista no es nada fácil, porque las pequeñas desviaciones o desproporciones destacan por encima de la corrección como puntos brillantes de alerta. La mirada va hacia ellos constantemente, y se pierde y deforma el conjunto.

Pero sintetizar y deformar a propósito tampoco es sencillo. Depurar hasta ese punto en que el dibujo sigue siendo una representación fiel, capaz de explicar y de emocionar, está siendo, en mi caso, una de las cosas que quiero ser capaz de hacer.

Las otras dos tareas pendientes son: dibujar hombres que no parezcan mujeres, y dejar de traducir todo lo que veo a líneas para entenderme con el color.